Para evitar una tragedia como la del Titanic, cuando ven un iceberg, los barcos cambian de rumbo para alejarse de ellos. Sin embargo, aprovechando el aumento de icebergs que se ha observado en los últimos años, un grupo de biólogos marinos se ha dedicado a seguirlos y estudiarlos en el mar de Weddell.
En el trabajo que acaban de presentar nos muestran que el hielo de estos icebergs no es solo agua pura, si no que contiene minerales que sirven de alimento al fitoplancton. Así, al derretirse el hielo aumenta la disponibilidad de nutrientes para estos organismos fotosintéticos y con ello su abundancia. A su vez, el krill, que se alimenta de ellos, aumenta alrededor de los icebergs y así sucesivamente a lo largo de la cadena alimentaria hasta las aves marinas. Aunque no hay todavía pruebas de ello, los autores piensan que podría llegar a aumentar incluso el número de grandes depredadores como pingüinos, focas u orcas.
Y como paradoja final, los autores sostienen que la mayor parte del CO2 absorbido por el fitoplancton acaba en el fondo del mar, ayudando algo a la eliminación del gas que posiblemente esté causando el aumento en el número de icebergs.
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