Un 20 de diciembre de 1996 un amigo me telefoneó para decirme que Carl Sagan había fallecido.
En ese entonces vivía en la ciudad de Valencia (Venezuela) y la comunicación con Internet era lenta y difícil. Pasé horas tratando de averiguar lo que había pasado. Era miembro de La Sociedad Planetaria y recientemente había recibido mi tarjeta de membrecía firmada por Carl (aún la conservo).
Cuando confirmé su muerte me puse a llorar.
Carl Sagan ha sido un referente fundamental de mi vida, en particular en los últimos 24 años de ella, no sólo porque he sido astrónomo aficionado sino por su visión acerca de nosotros mismos.
Creo que ha sido uno de los hombres más honestos, brillantes y maravillosos que parió el siglo XX. Sus propuestas y reflexiones son y han sido guía de acción para mi vida.
Hace unos minutos estuve en la página de Carl Sagan que ha publicado su compañera y autora, Ann Druyan. Allí encontré su blog con una emotiva nota, donde comparte con el mundo algunos hermosos recuerdos personales sobre Carl. Realmente conmovedores. He dejado mi comentario.
Carl, sigues en mi recuerdo y mi corazón.
Publicar un comentario