Cuando Mario Capecchi demostró que se podía introducir ADN en los cromosomas de las células de mamíferos, comenzó el desarrollo de una de las técnicas más poderosas que se utilizan en la investigación biológica, la creación de ratones modificados genéticamente.
Sus trabajos mostraron que mediante recombinación homóloga un ADN creado por los investigadores podía incorporarse al genoma de los ratones. Así, Oliver Smithies pudo comprobar que se podrían modificar todos y cada uno de los genes existentes, pudiéndose sustituir aquellos que fueran defectuosos.
Martin Evans obtuvo células madre de embriones de ratón y las inyectó en embriones de otra cepa de ratones. Estos embriones “mosaico” que creó, dieron lugar a lo que se conoce como “quimeras”, ratones con células procedentes de dos embriones distintos. De ellos, se obtienen posteriormente ratones con la información de un tipo de célula o del otro. Si las células madre embrionarias inyectadas tenían ADN nuevo, los ratones generados expresaban un gen nuevo.
Con estos resultados, en 1989 se apareció el primer ratón “knockout” en el que específicamente se eliminaba un gen para estudiar su función. Desde entonces, más de diez mil ratones distintos han sido generados. De ellos se han obtenido más de quinientos modelos animales de enfermedades humanas: desde cáncer o diabetes, hasta enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas.
Por todo ello, hoy han concedido el Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2007 a Mario R. Capecchi, Martin J. Evans y Oliver Smithies.
Publicar un comentario